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Existen tres situaciones claras apoyadas por la literatura en las que solicitar un TAC antes de intervenir una fractura de tobillo tiene claras ventajas para evitar sorpresas desagradables después de la cirugía, en el seguimiento en consultas externas.
La presencia de una fractura de maléolo posterior próximo al 25% - muchas veces asociada a luxación posterior de astrágalo-, la sospecha de fragmentos articulares y la afectación de la sindesmosis tibioperoneoastragalina en la radiografía simple inicial son indicación de realizar un TAC de tobillo, e ir a quirófano preparado para la síntesis de cada uno de los fragmentos desplazados, planificando correctamente el abordaje quirúrgico.
Se presenta el caso clínico de una fractura luxación de tobillo en que se colocó un tornillo transindesmal, y que en la primera radiografía de control éste ya presentaba signos de fracaso en la estabilización de la mortaja. El TAC demostró que en realidad se había infravalorado un fraqmento articular tibial, correspondiente a la sindesmosis tibioperoneoastragalina. Se presentan imágenes de la cirugía de rescate y apoyo bibliográfico.
Categoría: videos quirurgicos
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